¿Por qué usamos la letra H si no suena?

letra H

Desde que somos niños y empezamos a aprender a escribir, la letra H es una de las que más nos causa mayores quebraderos de cabeza. Cuando hablamos no es un problema, pero cuando se trata de escribir, ya es otra historia, pudiendo llegar a convertirse en una verdadera pesadilla. Lo cual tiene mucho que ver con que sea la única letra de todo el alfabeto español que no tiene sonido. Solamente se pronuncia cuando va precedida de la letra C, formando en este caso el sonido CH. Pero cuando va sola es completamente muda, por lo que al pronunciar las palabras es como si no existiese.

Curiosamente, pese a no tener ningún sonido, hay más de 2.000 palabras en nuestro idioma que empiezan por la letra H. Pero también podemos encontrarla en muchas palabras de manera intercalada, lo que puede llegar a volvernos locos. Es el caso de palabras como almohada, zanahoria o bahía.

Por eso, no es extraño que muchas personas se pregunten: ¿Por qué usamos la letra H si no suena? Muchos pueden llegar a pensar que se trata, por tanto, de una letra inútil cuyo único objetivo es complicarnos la vida a la hora de escribir. Y no es algo de la actualidad, sino que la polémica sobre la utilidad de la H es algo que viene ya de lejos. De hecho, a lo largo de los siglos ha habido varios intentos de suprimirla.

letra H

En 1726 los autores del Diccionario de la Lengua Castellana  ya sentenciaron que la H casi no es una letra. En 1823 el prestigioso lingüista venezolano Andrés Bello y el escritor colombiano Juan García del Río intentaron llevar a cabo una reforma ortográfica para echar a la H de una vez por todas del español. Y Gabriel García Márquez también abogaba por eliminar esta letra. Sin embargo, la H sigue estando ahí, resistiendo los embates contra viento y marea.

La realidad es que la letra H es una letra muy compleja y todvía sigue existiendo porque a lo largo de la historia ha ido reuniciendo una serie de valores. Y, aunque algunos han desaparecido, otros aún se mantienen. Además, debes saber que la H no siempre fue muda. Los primero en usarla parecen haber sido los fenicios que la pronunciaban como una J aspirada. Posteriormente, los griegos la tomaron de los fenicios, dándole la forma de mayúscula que hoy conocemos y pronuciándola con una aspiración muy suave. Los romanos la tomaron a su vez de los griegos, que la incorporaon al latín, donde poco a poco su sonido se fue suavizando.

Es así como del latín la H dio el salto al español, donde en un principio también se pronunciaba aspirada, acompañada de una pequeña explosión de aire muy parecida a la que caracteriza actualmente la pronunciación de la H en inglés.

La cuestión es que el español no solamente fue heredero de la H, sino también de numerosas palabras en latín que empezaban por F y que en el castellano antiguo también empezaban por esa letra. Con el paso del tiempo, esa F inicial también empezó a pronunciarse aspirada, ya que a los ibéricos les costaba mucho trabajo pronunciar el sonido F, lo que hizo que terminara siendo sustituida por la H a partir del siglo XIV. Es el caso, por ejemplo, de la palabra harina, que al principio se escribía «farina» o humo que se escribí «fumo». Algo que también afectó a las palabras que incluían una F intercalada, como búho, que en latín era «bufo».

Así pues, la H llegó hasta mediados del siglo XIV con pronunciación aspirada en algunas palabras, especialmente en aquellas que empezaban por la F latina. Siendo la gente culta la que más la pronunciaba. Sin embargo, a partir del siglo XV, las haches aspiradas empezaron a ser vistas como un vulgarismo propio de las clases bajas y de gente poco instruida, por lo que llegó a enmudecerse por completo.

Eso sí, este fenómeno no ocurrió del todo y todavía hoy en algunos dialectos españoles se sigue usando en forma aspirada, como en Estremadura, Andalucía o las Islas Canarias. Y también en algunos países de Latinoameríca.

También son muchas las palabras de origen árabe que forman parte del español y que llevan H. Y algunos extranjerismos del inglés o del alemán siguen conservando al aspiración de la H, como holding, hámster, hawaiano o hachís.

La cuestión es que, aunque rara vez tenga sonido en la actualidad, hay expertos que siguen defendiendo que, aunque muchos lo piensen, no se trata de una letra inútil. Por ejemplo, a la hora de escribir sirve para diferencias palabras que suenan igual en el lenguaje hablado pero que tienen significados distintos, como hojear y ojear, hola y ola o hala y ala. Pero además, en el caso de la H intercalada sirve para marcar hiatos. Es el caso de la palabra búho, donde la H advierte al lector que existe una separación entre la U y la O.

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