Como es habitual el 23 de abril Salamanca celebró “El día del libro” y por ello los libreros y las editoriales pusieron sus ejemplares al alcance de los salmantinos en la Plaza Mayor.

Cada público tuvo sus libros favoritos. Así, los más pequeños autores como Jerónimo Stilton, Dora la exploradora, y los personajes de Disney; los jóvenes a escritores como Federico Moccia, Stephenie Meys, Georges R.R. Martín y Sezanne Collins y el público en general optó por “Claraboya” de Saramago, “El prisionero del cielo” de Carlos Ruiz Zafón, “El lector de Julio Verne” de Almudena Grandes o “El enredo de la bolsa y la vida” de Eduardo Mendoza.

José Vicente, representante del sector, destacó el número de libreros que estuvieron presentes, 28, alguno más que en otras ocasiones. El número de visitantes también fue muy numeroso aunque las ventas cayeron ligeramente.

Dado que este año se conmemora a Miguel de Unamuno su recuerdo estuvo presente tanto por el bando que dictó el alcalde, Alfredo Pérez Mañueco, como por el marcapáginas y sello conmemorativo que se hizo en su honor. Los salmantinos también firmaron para recoger firmas con el objetivo de que se le conceda la Medalla de Oro de la ciudad. La Banda Municipal ambientó la feria con un repertorio de composiciones salmantinas y bilbaínas en su honor.

Como se hace habitualmente en Salmínter, los alumnos de los Cursos de Lengua Española tuvieron información con anterioridad de esta celebración, con el objetivo de que se integren en aquellas actividades ligadas a tradiciones y eventos culturales de nuestra ciudad. Después comentaron en clase sus experiencias y las anécdotas vividas y también adquirieron alguno de los libros que se les habían recomendado en clase.

Particular atención se prestará a las obras de Miguel de Unamuno, de las que analizarán alguno de los personajes de sus novelas así como su trayectoria vital y la importancia que tuvo en la política y la sociedad de su época, etc. Todo ello se acompañará con un recorrido por los lugares “unamunianos” terminando con una de las fiestas que acostumbramos a celebrar en el Café “Niebla”, título de una de sus  novelas más famosas, ya que se encuentra justo al lado donde vivió y murió el ilustre rector salmantino.

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