Los idiomas más fáciles de aprender para los hispanohablantes

los idiomas más fáciles de aprender para un hispanohablante

Probablemente, aprender un nuevo idioma sea uno de los propósitos más populares de años nuevo junto con «apuntarme a un gimnasio». Y es que aprender un nuevo idioma no solamente enriquece a nivel cultural, sino que además, aumenta las oportunidades laborales, ayuda a entrenar la mente y hace posible que podamos comunicarnos cuando viajamos. Además, es un excelente reto que podemos ponernos para s1entirnos mejor con nosotros mismos.

La cuestión es que, aunque solemos empezar con mucha ilusión y con muy buena voluntad, muchas veces terminamos dejándolo por falta de tiempo o porque no tenemos la paciencia suficiente para seguir hasta empezar a ver resultados. Algo que suele ocurrir sobre todo si nos proponemos estudiar un idioma que nos resulta complicado.

los idiomas más fáciles de aprender para un hispanohablante

Hay que tener en cuenta que cuanto más diferentes es  un idioma a nuestra lengua materna, más difícil nos resulta aprenderlo. Es el caso, por ejemplo, de las lengua asiáticas, como el japonés o el chino. En cambio, para un hispanohablante resulta mucho más sencillo aprender idiomas como el portugués, el italiano o el francés. Al ser más fácil, lo aprenderás más rápido y empezarás a notar los resultados pronto. Por eso, te recomendamos que, si estás pensando en aprender un nuevo idioma, te decantes por uno que sea sencillo. De esta forma, será menos probable que termines abandonando.

Las lenguas más difíciles para un hispanohablante

Las más complicadas son aquellas que presentan una gramática muy alejada del español, como el árabe, el mandarín o el japonés. Con el añadido de que no son idiomas con los que estemos familiarizados, pues no estamos en contacto con ellos en nuestra vida diaria. Por ejemplo, el inglés no se parece mucho al español, pero se trata de un idioma plenamente integrado en nuestro día a día a través de películas, series, carteles y anglicismos que hemos adoptado en dentro del español.

Pero además, hay otro factor que también hace que aprender este tipo de lenguas sea complicado y es que sus alfabetos son muy diferentes al nuestro.  Mientras que el español cuenta con 27 grafías, el mandarín, por ejemplo, cuenta con nada menos que 250.000 letras. Por eso, no es extraño que nos sintamos un poco analfabetos al visitar China.

Eso sí, aunque te resulte sorprendente, el japonés no es tan complicado como muchos creen. Si alguna vez has estado en Japón, puede que por un momento hayas creído que escuchabas a alguien hablando en español. Esto ocurre porque los sonidos de este idioma son muy básicos y muy parecidos a los del español. Por esta razón, si fuera una lengua romance, sería también de las más fáciles de aprender para un hispanohablante.

Las lenguas más fáciles para un hispanohablante

Para los hispanohablantes los idiomas más fáciles de aprender son aquellas que proceden de las lenguas romances, aquellas que surgieron a raíz de la evolución del laín cuando cayó el Imperio Romano de Occidente. Algunos ejemplos de este tipo de idiomas son el portugués, el francés, el catalán, el gallego, el italiano y el rumano. Todas ellas vienen de una misma lengua madre, por lo que su estructura y su vocabulario mantienen ciertas similitudes que hacen que estudiarlas sea más sencillo.

Entre ellas, el rumano es la que más suele sorprender a los hablantes de español, ya que muchas veces tendemos a pensar que se trata de una lengua lejana y distinta. Es cierto que presenta cierta sinfluencias eslavas y húngaras, pero la realidad es que sigue conservando bastantes elementos del latín, lo que la hace muy parecida al español. Obviamente, en su aprendizaje te encontrarás con algunas dificultades, como en todos los idiomas, pero no te costará tanto como piensas.

No obstante, el hecho de que haya idiomas que nos resultan más sencillos, muchas veces también puede jugar en nuestra contra. Lo que ocurre sobre todo con el italiano, el francés y el portugués. Al parecernos más sencillos, muchas veces nos limitamos a intentar entender y a hacerns entender, sin profundizar de lleno en el idioma para hablarlo a la perfección.

Por otro lado, te sorprenderá saber que no solamente podemos aprender con mayor facilidad aquellos idiomas que proceden del latín como el nuestro, sino que también hay otras lenguas que muchas veces nos parecen muy alejadas y que no lo son tanto. Es el caso del inglés, el neerlandés, el afrikáans y el alemán.

En el inglés, la principal ventaja que tenemos es que etsams muy habituados a escucharlo en nuestra vida cotidiana. Pero además, los verbos y la estructura gramatical es más fácil que en español. En contraposición, la mayor desventaja es la pronunciación. No obstante, no se trata de algo que no puede superarse con un poco de práctica.

El alemán no es tan difícil de pronunciar como crees, pero es cierto que la gramática y la escritura son bastante diferentes a las del español. Esto hace que el proceso de aprendizaje pueda complicarse. Solamente hay que echarle un poco de paciencia.

El afrikáans presenta una pronunciación más fácil que el inglés para los hispanohablantes y los verbos tampoco se conjugan, lo que hace que aprenderlo resulte más sencillo. El mayor inconveniente llega a nivel léxico, ya que las palabras pueden resultarnos complicadas. Eso sí, cuando lo aprendes, estudiar neerlandés te resultará bastante más fácil pues se parecen mucho.

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