Muchos se siguen preguntando por qué de niños somos capaces de aprender tan rápidamente nuevos idiomas mientras que de adultos, debemos invertir mucho tiempo y dinero para dominarlo. La razón por la que esto sucede es porque las redes neuronales de los niños se encuentran en pleno desarrollo y cuentan con mayor predisposicióna conocer nuevas cosas y a aparenderlas. Además, entienden con más facildiad los mensajes básicos e intentan reproducir las frases aprendidas, imitando los sonidos sin tener vergüenza por equivocarse. Lo ven como algo natural, ya que cometer errores y rectificar es la forma en la que aprenden todo. Es precisamente esto lo que hacer que de adultos aprender un nuevo idioma pueda convertirse en todo un reto. Así pues, cuando somos niños nos resulta mucho más sencillo. Por eso, en muchos casos los propios padres hacen un esfuerzo por hablar a sus hijos en otros idiomas diferentes para que se familiaricen con él.

Pero independientemente de las dificultades que se presentan ante nosotros a la hora de dominar un nuevo idioma, también existe un coste económico. Como muchas veces las palabras no son suficientes para hacer entender este tipo de cuestiones, en Salminter nos hemos permitido la libertad de hacer una estimación a nivel económico de lo que cuesta hablar un nuevo idioma de verdad. Con esto nos referimos a comprender y a hacernos comprender enuna conversación con un nativo y no al hecho de que por saber decir tres frases muchas personas se permitan el lujo de poner en su curriculum que cuentan con un nivel medio-alto, algo muy habitual en nuestro país.

A bote pronto, aprender un nuevo idioma ya en al edad adulta suele incluir los siguientes costes:

Tiempo de estancia en el país nativo: 12 meses

• Tiempo de estancia en el país extranjero: 12 meses
• Sobrecoste de vida estimado: 14.000 euros
• Coste del curso de idiomas: 2.000 euros
• Coste de oportunidad: 18.000 euros

En definitiva, según este cálculo rápido, aprender un nuevo idioma en la edad adulta tiene un coste de alrededor de 34.000 euros. Lo que incluye el coste por disfrutar de una estancia en el país extranjero. No estamos hablando del coste total, sino de la diferencia que existe entre los gastos que realizamos habitualmente y los que hacemos en el nuevo país. Hay que tener en cuenta que la vida en algunos países como Inglaterra o Francia es más elevada que en España. Pero si ocurre al contrario, que el estudiante decide hacer un curso de idiomas en España, el coste es inferior. No obstante, en esta cifra habría que incluir también los costes por viajes y otros tipo de gastos como pueden ser la ropa o los materiales del curso.

Además, dentro de este cálculo hemos asumido que antes de realizar la estancia en el extranjero, el alumno ha tomado algunas clases de idioma en su país de origen. Solamente de esta forma es posible aprovechar al máxima las enseñanzas del curso de idiomas en el que nos hayamos inscrito. Por supuesto, no es lo mismo llegar con un nivel cero que con un nivel básico e intermedio. Y no solamente porque aprovechamos más el aprendizaje, sino también porque podremos defendernos mejor en nuestro día a día.

Pero además, si estamos trabajando, debemos tener en cuenta también el coste de oportunidad. Se trata del dinero que perdemos en el tiempo en el que estamos estudiando en lugar de trabajando. Y hay que tener en cuenta que si no encontramos trabajo nada más regresar a nuestro país de origen, este coste sigue aumentando.

No obstante, hay que tener en cuenta que el coste puede variar mucho en función del idioma que queramos aprender y de cuál sea nuestra lengua materna. Y es que no es lo mismo aprender español para un italiano que para iun inglés. En el segundo caso le costará más, ya que el italiano cuenta con muchas palabras similares a las del español por provenir de la misma lengua, el latín.

En cualqueir caso, lo cierto es que aprender idiomas merece la pena, ya que nos permitirá acceder a mejores oportunidades laborales en el futuro. Algo especialmente importante en un mundo tan globalizado como el actual. Son muchas las empresas que actualmente solicitan entre sus requisitos el dominio de uno o más idiomas extranjeros, tanto para poder comunicarse con los proveedores como con los clientes de otros países. Y no solamente desde la propia oficina, sino que en muchos casos el puesto de trabajo ocupado exige viajar a otros países, para lo cual los idiomas son imprescindibles. Esto significa que el hecho de no dominar al menos un idioma más aparte de nuestra lengua materna puede restarnos muchas oportunidades en el futuro y terminar por estancar nuestra trayectoria laboral. Y todo apunta a que esta tendencia irá en aumento en el futuro, haciendo que el mercado laboral sea todavía más competitivo en este sentido.